Tinieblas es una Villa milenaria en la Historia de Burgos y de Castilla, y fue desde sus orígenes parte del alfoz de Lara. Toda esta parte de la Sierra, en su vertienten Oeste, comenzó a ser incorporada a Castilla a principios del siglo X. Consolidadaa fines del siglo IX la línea de defensa en el Arlanzón, con la fundación de Burgos y la recuperación de Castrojeriz, las vanguardias del primitivo Condadado comenzaron a incorporar las comarcas serranas. El conde Gonzalo Fernández, padre del buen conde Fernán González, con su socio Frinderico hacia el año 902 recuperan la vieja ciudad de Lara, de cierta importancia en la época romana. En 912 se había realizado la marcha de los tres condes (Gonzalo de Burgos, Nuño de Castrojeriz y Gonzalo de Cerezo) que pusieron la frontera en el Duero conquistando Roa, Aza, San Esteban de Gormaz y Osma. Todo el Alto Duero quedó bajo influencia castellana.
Hay una opinión entre los historiadores, entre los que se permite situarse el Cronista que suscribe, que afirma que el despoblamiento de la meseta del Duero, decretado por Alfonso I por razones estratégicas, no pudo realizarse con absoluta manera. Debieron de quedar algunos núcleos de población, singularmente en las zonas marginadas por sus sistemas orográficos. Tales las de la serranía burgalesa, cuyos suelos no resultaban fáciles para la caballería árabe ni apetitosas por su pobreza. Una de estas comarcas pudo ser la cadena d Sierras que separan el Ebro y el Duero, en la que pupdo quedar aislada cierta población hispano-cristianos, estancados en la cultura postvisigótica, según los vestigios arqueológicos que se han hallado en determinadoslugares. Grupos de población que se fueron integrando en castilla a partir del siglo IX. Tinieblas pudo ser uno de esos puntos de supervivencia dado lo escondido de su emplazamiento.
En cualquier caso, a principios del siglo X, ahora se cumplen los once siglos, TINIEBLAS, cuyo nombre es de significado claro y debido probablemente a su localización geográfica, es una Villa de las que el conde Don Gonzalo Fernández ha creado o reanimado en el amplio y accidentado Alfoz de Lara, convertido en bastión de la familia que aupará a Castilla de una alcaldía a un Condado. Para las gentes que poblaban el arco cantábrico, incluyendo Galicia, Las Asturias de Oviedo y de Santillana, Peñas Abajo y País Vasco, la expansión castellana era un alivio, una alegría y una esperanza. Cada día, grupos de familias se ponían en movimiento hacia el Sur y cuando llegaban a las líneas de la frontera (Extremadura) entre Castilla y el Estado Andalusí, establecido por los árabes, el conde les señalaba asiento, les concedía tierras y la responsabilidad administrativa de las mismas. Los llegados se sentían libre, propietarios activos de la idea de recuperar la España, invadida por un pueblo de distinta lengua y religión.
Durante tres siglos (X-XIII) a TINIEBLAS se la pueden aplicar los conceptos generales de las sesenta y seis villas del condado de Lara, existentes en el siglo X, sobre los hechos patrióticos y religiosos, económicos y sociales. La vida de los vecinos se sostenía en la labranza, operada en los claros del bosque de pinos, robles y hayas; en la ganadería mayor y menor, hasta que en el siglo XIII se organice la Mesta e imponga su régimen ovino y lanar. En realidad, su vida era dura, de subsistencia, pero ordenada y orgullosa por sentirse sujetos activos de su consejo y de su condado. La evolución social hacia el poder creciente de la nobleza, llevó a muchos pueblos al régimen señorial o eclesiástico, como sucederá con TINIEBLAS, aunque atemperada por el sentido foral que Corona aplicaba generosamente.
Lara era tierra aforada desde los tiempos del conde Fernán González y se señala el año 931 como el de la promulgación de fun fuero que algunos autores rechazan como apócrifo (falso) por algunos errores manifiestos, pero que no afectan a su valor substancial y que fue reconocido por emperador Alfonxo VII en 1135 (tres de mayo) al conceder otro texto foral "en mejoranza del anterior" Don Alfonso se muestra generoso, facilita la administración de justicia, reduce a la cuarta parte las multas, exime de algunos impuestos (portazgos, montazgos, mañeria), regula el fonsado (servicio de armas), la abnuda (vigilancia) y el yantar; privilegia a las viudas, a los recién casados y a los jornaleros.
Esta condición foral sirvió, además, para mantener la mayor autonomía local frente al sitema de señorío en el que para esta fecha estaba incluida nuestra Villa. La data es un poco incierta dentro del reinado de doña Urra (1109-1126), pero posteior a 1113. En 28 de agosto de ese año, doña Urraca vende al magnate y alto servidor, don Diego Fernández, el lugar del Villaeón, cerca de Buniel; más adelante, debió venderle otros lugares, propiedad de la Corona, entre ellos TINIEBLAS. Las ventas eran integradas jurídica, material y socialmente; la reina, en este caso, traspasaba su autoridad y domino al comprador. No sabemos en qué fecha don Diego Fernández donó estos bienes al monasterio de San Pedro de Cardeña y, así TINIEBLAS pasó al señoría abadengo. Ela abad era la suprema autoridad y los monjes los animadores de la vida municipal. en la lista de nombres leemos TENEBRAS. Así está escrito en la confirmación que Alfonxo VIII hace de la donación al monasterio de Cardeña en pergamino, de fecha uno de diciembre de 1193, firmado por los principales obispos y títulos del reino.
Pero no duró mucho el señorío benedictino de Cardeña. En 1220 aparece bajo el domino cisterciense de las Huelgas de Burgos. Esta real abadía se asentaba con firmez en las altas tierras de la Sierra y ya ostentaba el señorio de Palazuelos y de otros lugares. ¿Por qué TINIEBLAS pasó de un monasterio a otro? En mi opinión, porque el Para exigió a las grandes abadías una fuerte ayuda para reorganizar la liberación de los Santos Lugares de Jerusalén y para poder cubrir tal costo hubieron de vender parte de su dominio como fue el caso de Cardeña. Las monjas cirtercienses de Santa María la Real de Burgos quisieron saber cuánta era la extensión de los términos concejiles de la Villa en cuestión y solicitaron de su gran protector, el rey San Fernando, una declaración pertinente; el rey sancionó con su sello en cinco de noviembre de 1220 los términos de TINIEBLAS y que luego confirmó Sancho IV, el 17 de Febrero de 1292.
El documento del monasterio de Huelgas es tan interesante que transcribimos una parte: El término por la parte de Pineda, va desde San Cristóbal hasta las Salegas, aguas vertientes a TINIEBLAS; del collado de las Salegas a lo alto de la Muela hasta el puente, descendiendo por el camino viejo hasta el vadillo de Peñota bajando a la dehesa de Villamiel (Villa Omel). Por la parte de Villamiel, desde la encrucijada de dicha dehesa al campo de TAñabueyes (Tannibeys) y desciende hasta la carretera de Fuentecisla. Por parte de Tañabueyes, desde el portillo de Peñas Pintadas y baja hasta el molino de Quintanilla y , pasado el río Cerro, hasta el cabezo de Monte Agudo, agua vertiente hasta TINIEBLAS, hasta el collado; desciende a la Peña, de ésta al Ciruelo y a lo hondo del río Meares, río arriba hasta la Fuente misma de Bustar y de aquí a la iglesia de San Cristobal. Y estos son los términos con San Millán. Se van a cumplir 800 años de este deslinde que, según el Cronista, son los de hoy, aunque algunos nombres hayan camibado o desaparecido.
Con la agregación a Huelgas de Burgos, TINIEBLAS podía presumir de pertenecer a una obra querida de nuestros reyes. Los vecinos, por esta época, no serían más de una docena, pues en 1250 en el Libro de Préstamo de la Díocesis figura con diez maravedís, el valor de un rebaño ovino de cien cabezas, y se suele clalcular un vecino por unidad monetaria. En el Libro famoso de las Behetrías también figura TINIEBLAS con una escueta ficha que nos informa de que el pueblo pertenece al monasterio de las Huelgas. El esquema contributivo de la Villa es cómodo y favorable para los vecinos: Al rey sólo pagan los impuestos llamados de servicios, fonsadera (servicio militar) y monedas. A la señora y abadesa pagaban la infurción (impuestos de solares urbanos y rústicos). Al reflexionar sobre estos datos, referidos a 13502, se llega a la conclusión de que el periódo del señorío monjil, que pudo durar cuatro siglos, fue de los más feliz en la vida de la Villa.
Uno de los atractivos que disfrutó TINIEBLAS fue el de las cacerías reales. Los montes de la Villa figuran en el célebre Libro de la Montería, compuesto o mandado componer por el rey Alfonso XI. En aquella época, estas serranias estaban pobladas de osos,lobos, jabalíes, cérvidos, etc. En dicho Libro se dice que "las gargantas de Tiniebles es un buen monte de peurco en verano y está la vocería (jaurías) por encima de la cumbre, poero sin pasar a lo de Pineda y la otra desde encima de la Sierra hasta el Collado de Fuente Abeja y la otra desde encima de las Sierra, por el cerro abajo hasta Peñota y la armada (puestos) sobre Iglesia Pinta". La presencia de los reyes y de los cortesanos era un acontecimiento del que se beneficiaban los lugares, no sólo con el espectáculo sino con los salrios de ojeadores, las sobras materiales y el aprovechamiento de la cercanía del rey para obtener gracias y privilegios que los historiadores no sabemos luego explicar.
¿Durante cuántos siglos perteneció TINIEBLAS al señorío temporal de Huelgas? No más de cinco. Quinientos años de relación con una institución tan segura y pacífica como la de los monjes cistercienses burgaleses repercutieron en la vida sosegada de la Villa y en al dignidad de los vecinos. Pero, en opinión personal del Cronista, en el siglo XVI, más bien en sus décadas finales, el monasterio del císter traspadó sus derechos y obligaciones en TINIEBLAS a la Casa de Frías, duques de esta ciudad, condes de Haro, condestables de Castilla, etc. Esta poderosísima familia puso su pie en las comarcas serranas con doña Mayor Castañeda, casada con don Fernán Sánchez de Velasco y que en 1371 creó el mayorazgo de Salas de los Infantes. En 1439, el rey Juan II concede el señorío de Salas a don Pedro Fernández de Velasco quien continúa la expansión de la casa. TINIEBLAS aparece enmarcada en el mismo señorío de los Condestables a partir de 1616.
Pero los vecinos no se conformaron con el cambio, y , pues no podían volver al régimen de mano blanca y blanda de la Señora Abadesa de Huelgas, compraron al Condestable su independencia municipal para volver al régimen realengo, del rey, del que habían salido a principios del siglo XII. Esto lo sabemos por declaración de los vecinos en 1752, con ocasión de la formación del célebre Catastro del marqués de la Ensenada, ministro del rey Fernando VI. No sin orgullo declaran que TINIEBLAS pertenece al rey, aunque en las cláusulas con el duque de Frías o Condestable, éste se haya reservado la llamada "resistencia" (inspección de cuentas tras el ejercicio de un cargo) y las alcabalas, impuesto que, en cualquier caso, debían de pagar al rey. No salieron mal librados los duques de su ínsula de TINIEBLAS porque además de 600 reales de alcabalas recibían dos novenas partes de los Diezmos y 120 reales más de "menudos".
La Villa posee un suelo de secano, más 800 fanegas de sembradura y monte que, además de leña para los largos inviernos, permite a los vecinos fabricar carbón vegetal que luego venden en Burgos, lo que supone un buen renglón para su economía. Se cosechan cereales y lino; hay un rebaño de 1524 ovejas y 500 cabras, más el ganado vacuno, lanar, caballar, asnal, hay en el término 60 colmenas. Los vecinos son 34 (ciento setenta habitantes) y ocupan 38 casas. Hay en el arroyo Reguero dos molinos, propiedad del concejo, aunque en verano no funcionan por falta de agua. el concejo no impone ningún arbitrio; no hay jornaleros ni pobres; los labradores son veinte y cuatro. hay una taberna que los vecinos sirven por turno. El concejo no tiene en nómina a nadie y apenas hay gastos, salvo en fiestas religiosas. El concejo paga en la Caja Real de Hacienda en Aranda, a cuyo partido pertenece, los impuestos Ordinario y Extraordinario (125 reales(, más ochocientos reales de repartimiento a Su Majestad.
El siglo XIX no comenzó con buena fortuna para los españoles. La invasión francesa trastornó la vida y hasta la pacífica Sierra Burgalesa padeció las tropelías de las soldadesca extranjera, como puede probarse. El famoso cura Merino fue el héroe de los Guerrilleros serrnos y tanto molestó a Napoleón que éste ordenó incendiar los bosques de la Sierra, lo que por gracia no se cumplió. TINIEBLAS comenzó a recupearse y en 1840 sumaba ochenta y ocho habitantes. En la Villa funcionaba la parroquial de la Magdalena y una escuelita rural, cuyo maestro cobraba del concejo 520 reales, un real y medio por día, salario que aseguraba el hambre en la mesa del maestro. En la reorganización administrativa, el ayuntamiento de TINIEBLAS quedó en el partido de Salas de los Infantes. Al comenzar el siglo XX los habitantes habían ascendido a 225 y en 1950 a 232, que se desenvuelven sobre 3118 hectáreas de término a casi mil metros de altura.
Los cambios operados en la sociedad española en la segunda mitad del siglo XX han afectado profundamente al agro español provocando la desaparción del poblamiento en la provincia de Burgos. TINIEBLAS ha resistido y esperamos que el apasionamiento que ella tiene en sus hijos, el futuro sea próspero y pacífico.